domingo, 27 de noviembre de 2011

Yo

Digamos que me llamo Diana…Procedo de una familia tradicional, de las de antes, donde como mujer mi única meta era ser esposa cumplidora y fiel, atenta y entregada…Cuando me casé eras un joven emprendedor...al principio, me fascinaba tu ímpetu, tu deseo de ascender…poco a poco me fui dando cuenta que cuanto más ganabas, más sola me sentía yo…tus reuniones, tus viajes…La casa llena, pero mi vida vacía…
¿Cuándo dejaste de fijarte en mí? Tardé mucho en despertar de ese sueño cómodo pero incompleto en el que habías convertido mi existencia.
Y me cansé. De esperarte. De desear, ya no a ti... sino a cualquiera que me viese como mujer... y no como tu esposa.
Llegó así sin más.
Estremeciendo todos mis cimientos y dando al traste con todas mis creencias, pase de ser la esposa entregada a lo que soy ahora…
De una vida monótona y soporífera, a una llena de secretos y mentiras...

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